etica social y familiar

SENTIDO DE LA VIDA

etica social

FRATERNIDAD. Un Camino, una Esperanza, un Ideal, donde los Seres Humanos buscan VIVIR el AMOR UNIVERSAL; donde a cada instante sienten en sus corazones la PAZ; sienten a cada uno tal y cual comprenden el temperamento de cada individualidad.

LA FRATERNIDAD es el Camino de las Estrellas que hace que los Soles se transformen en Constelaciones; que hace que las Galaxias se transformen en Supergalaxias y éstas lleguen al final de su viaje sideral a integrarse al Mundo de las Esferas Divinas.

FRATERNIDAD es mirar la LUZ cara a cara y sentir la LUZ que recorre todos los corazones; comprender el momento Evolutivo de cada Ser Humano y sentir la Belleza de la Naturaleza, donde todos los Seres VIVEN, todas las plantas, todos lo animales, todos los espíritus de la Naturaleza, donde todos los Seres del Universo VIVEN para CREAR para CONSERVAR y para REALIZAR el GRAN PROPÓSITO DIVINO.

entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo de las personas.

La familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los valores y el adecuado uso de la libertad. Las relaciones personales y la estabilidad familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. Es por esto que en la familia se inicia a la vida social.

Es en la familia donde se enseñan los primeros valores; valores que serán sustento para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona. Entre otros destacan los siguientes:

la ALEGRIA,LA GENEROSIDAD , ELRESPETO, LA JUSTICIA , LARESPONSABILIDAD, LA LEALTAD , LA AUTOESTIMA ,  ya que estos valores los aprendemos en la familia donde aprendemos el verdadero significado de la vida y la familia para poder fomentar estos valores en la sociedad .ç

Si queremos construir una personalidad fuerte y equilibrada, es de vital importancia que como padres hagamos sentir a nuestros familiares  que son dignos de ser queridos con un amor incondicional, es decir, no condicionado a su comportamiento, calificaciones o actitudes.